¡Les doy la bienvenida a este blog, creado por esta sagitariana: fotógrafa, artista, migrante, ingeniera y madre! Sí, toda en una. En estas entradas, compartiré procesos, reflexiones e información importante para mí, a veces un poco caóticas pero siempre ordenadas por la intuición.
Quiero comenzar compartiendo una frase que me encanta:
| “No se puede amar lo que no se conoce, ni defender lo que no se ama.”
Se dice que es de Da Vinci, un ser alquímico, integrador de mundos opuestos. Y que sus profesiones tan diversas cobran más sentido para mi que esta frase venga de él.
Pero antes de seguir, quiero confesarles que este viaje en la fotografía con Huella solar no es lo único en lo que trabajo o de lo que vivo; por lo menos hasta este momento, soy Ingeniera y Artista, una Clark Kent del arte.
Les confieso también que esto me hace sentir dividida entre dos formas de pensar y actuar. Una que considera el mundo mecánico, lógico que sirve a los intereses del sistema y por otro lado, el mundo de la sensibilidad y la ternura.
Desde pequeña me han gustado las matemáticas. Hice mi tesis sobre la automatización de una máquina de microplásticos (en ese momento a mis 21 años no tenía la conciencia ambiental que tengo ahora) y trabajé para empresas que consideró hoy perjudiciales para el planeta; Admiro a quienes son 100% coherentes en su paso por este planeta. No ha sido mi caso, personalmente, me he sentido moralmente sucia al dedicar parte de mi tiempo a una finalidad tan hostil, pero funcional a este sistema que conocemos.
Pero, siempre ha habido un llamado dentro de mí, el llamado a la ecología, que estaba plagado de un exceso de romanticismo, un todo o nada, un ISMO, un binarismo: ”soy toda correcta o soy la encarnación del demonio”, sin embargo, siento hoy, que nuestra sociedad (que no es lo mismo que realidad), con un sistema meritocrático, globalizado y mercantilista, nos hace prisioneros de una forma de vivir que va en contra de todo ideal ecologista.
Pero, siempre ha habido un llamado dentro de mí, el llamado a la ecología, que estaba plagado de un exceso de romanticismo, un todo o nada, un ISMO, un binarismo: ”soy toda correcta o soy la encarnación del demonio”, sin embargo, siento hoy, que nuestra sociedad (que no es lo mismo que realidad), con un sistema meritocrático, globalizado y mercantilista, nos hace prisioneros de una forma de vivir que va en contra de todo ideal ecologista.
Esto me ha llevado a confrontar mi personalidad, que tiende a abandonar cuando algo no es coherente (mi trabajo “formal”), y a congelar algo cuando un proceso no lo puedo sostener energéticamente (el arte). Sin embargo, entiendo que es una latencia, una frecuencia propia en mí, que busca la coherencia y que el acto de congelar es momentáneo en mi proceso artístico. Porque el arte nunca lo abandono, solo es una pausa en búsqueda de integración.
Hoy entiendo, entonces que he estado inmersa en una lucha donde siempre voy a perder. Yo soy una contradicción, porque el mundo en el que habito es una contradicción, y admitirlo es un paso hacia la creación de uno coherente, pero en una constante transición.
Hoy entiendo, entonces que he estado inmersa en una lucha donde siempre voy a perder. Yo soy una contradicción, porque el mundo en el que habito es una contradicción, y admitirlo es un paso hacia la creación de uno coherente, pero en una constante transición.
Esto es la transición, entender que soy un puente entre dos mundos, una trama que se teje entre los dos hemisferios de mi cerebro. Esta es mi creación, este es mi camino, y aquí está mi corazón.
Hoy entiendo, entonces que he estado inmersa en una lucha donde siempre voy a perder. Yo soy una contradicción, porque el mundo en el que habito es una contradicción, y admitirlo es un paso hacia la creación de uno coherente, pero en una constante transición.
Esto es la transición, entender que soy un puente entre dos mundos, una trama que se teje entre los dos hemisferios de mi cerebro. Esta es mi creación, este es mi camino, y aquí está mi corazón.
Aunque, no he sido coherente y cohesionada en todo, trato de llevar mi verdad a mi arte, a mi espacio de creación, y allí, en ese pequeño espacio, SOY.
Los árboles son la clave para mi, han sido una guía y una respuesta, el salto cuántico de la parálisis a la acción: el artista juega con lo que ama. Mi juego, que hoy llamo co-creación con árboles (pero esto da para otro post), lo hago con los árboles.
Ellos se adaptan, mutan, crecen en el cemento, mueren y siguen latentes en una semilla, incluso por milenios. El caminar, prestar atención a su falta de moral o de juicio, a su simple crecimiento, en profundidad hacia el centro del planeta y en volumen y belleza hacia la luz solar, me ha hecho dejar de lado toda la contradicción, o al menos parte de ella: Siempre hay oscuridad para quien busca la luz, sin esa oscuridad, no hay raíces firmes.
Huella Solar, sin duda, es una huella en mí. Algo que decidí continuar a pesar de mi contradicción. Este es para mí vivir en el arte, experimentarlo en la vida de otros seres, que son arte y que laten en la frecuencia de mi corazón.
Esto es un camino con corazón.
Huella Solar, sin duda, es una huella en mí. Algo que decidí continuar a pesar de mi contradicción. Este es para mí vivir en el arte, experimentarlo en la vida de otros seres, que son arte y que laten en la frecuencia de mi corazón.
Esto es un camino con corazón.
¿Cuál es el camino con corazón para vos?
Poema del día, porque si:
YO SOY
El futuro es un ave blanca,
Los tambores suenan lento
Para ir acercándonos al fuego
Para encontrarnos como ayer lo hicimos
Y devolvernos la gracia
La pluma de la conciencia
El cuerpo habla en pedazos de sonrisa
En pedazos de lágrimas
Que brotan de la delicadeza del sentir
Solo así viajamos al planeta perdido
Donde la vida se inhala en cada fragmento de materia
Donde la lluvia limpia, agua que corre Erosiona el cemento mental,
Devuelve el cantar de los animales Llora y llora de alegría
Porque vive, el yo soy, planetario, eterno